- Reflexión personal:
Por suerte y por lo mismo, el dedicarnos a personas, elegí esta profesión. He destacado los colectivos que más me remueven: ancianos, personas con adicciones y escolares, pero nuestro campo de actuación es inmenso, ya que tiene que ver en todo lugar donde haya un intercambio y actividad humana, por lo tanto, debemos de estar presentes en todos los rincones. Mas allá de la función que podamos tener en un terreno u otro, la figura del Educador/a Social siempre será en beneficio de la persona, siempre buscará el bienestar del sujeto y buscará desde la relación humana, la profesionalidad y sobretodo la empatía (siempre y cuando ese Educador/a siga el código deontológico y tenga vocación) la mejoría y felicidad de esa persona. En definitiva, hacer su mundo mejor y por lo tanto, el de todos; porque la felicidad y buena situación, repercute en todos los demás, ya que como sociedad, aunque por desgracia existan muchas diferencias entre clases, todos nos repercutimos al resto. Por ello, el papel del Educador/a es esencial y aunque yo haya destacado estos tres ámbitos de los que usualmente, el Educador/a está vinculado, debe de ser como un comodín, un factor externo que trabaja por y para el bien.
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